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El río

La vida de Buenos Aires en 1810 estuvo enmarcada por la cercanía del Río de la Plata.
                                                    

Paseo La Alameda

Fue el primer paseo público que tuvo la ciudad de Buenos Aires. Lo llamaron "Paseo La Alameda" porque la calle tenía de los dos lados muchos ejemplares de álamos.
Uno de los atractivos de la ciudad era el río pero por esa época la costa era un lugar insalubre e intransitable pues la población tiraba allí todo tipo de desperdicios por eso el virrey Vertiz decidió convertirla en un paseo. En un principio sólo tenía 4 cuadras. A sus lados se plantaron álamos, sauces, y ombúes. Se construyeron bancos de ladrillos para que los paseantes pudieran descansar.

Las mujeres llegaban ahí vestidas con sus mejores galas, cubierta la cabeza y los hombros con la mantilla de origen español.
Caminaban lentamente con los brazos entrelazados interrumpidas por algún caballero que las saludaba sacándose el sombrero, a lo que ellas respondían con el coqueteo del abanico y sonriendo tímidamente.



                                                   

Bajo la sombra de los árboles se formaban grupos de hombres que conversaban animadamente, mientras el mate circulaba de mano en mano.

Las lavanderas


Eran africanas esclavas lavaban la ropa de toda la ciudad . Desde temprano llegaban en grupos con sus bártulos en la cabeza, se las veía en las costas de La Recoleta hasta el riachuelo incadas sobre las piedras.

Voy caminando al río
para lavar su ropita,
verá linda señora
cómo queda blanquita


Los documentos de la época reflejan que ellas a pesar del duro trabajo eran alegres, bullangueras, gritonas y muy afectas a los chismes de sus amos y de las personas más conocidas de la ciudad.Por eso la gente se acercaba a la rivera en las horas que se realizaba la tarea del lavado y mientras gozaban del sol y del aire fresco mantenían secreta vigilancia.

Una copla que corría por el antiguo Buenos Aires decía:


“Quien quiera saber de vidas ajenas
que vaya a las toscas con las lavanderas,
que allí se murmura de la enamorada,
de la que es soltera y de la que es casada".

 

Los pescadores


Cuando la ciudad recién despertaba se veía a los pescadores regresar de la playa con sus carretas cargadas de pescados.

                                   

Pescadores en el río. Autor Vidal

Como por orden de la policía no podían vender el pescado de la víspera arrojaban sus redes para luego llevar los pescados al mercado.
estaban obligados a ir a pescar todos los días y antes del amanecer.

El aguatero


Todas las mañanas recogía el agua del río para luego entregar la mercancía puerta a puerta compitiendo con otros para ofrecer el mejor precio y la mejor calidad..

Agüita fresca traigo del río,
para que tomen todos los días.
¡aguateroooooo!
***
¡Agua, agüita para las damas bonitas!.
***
Soy el aguatero;
reparto el agua
que al gran río
voy a buscar.
Es agua dulce
para lavarse,
preparar mate
y amasar.


Otro dato curioso:

“El agua y los baños en la época colonial”

¿Cómo se aseaban los porteños en la época  de la colonia?

Cuenta Carlos Pellegrini que los baños en el Río de la Plata eran habituales en la ciudad colonial, ya que los baños en las casas eran prácticamente imposibles debido  la escasez de agua y al precario sistema de cloacas, por eso el río era una de las diversiones favoritas de los habitantes de la época en verano.

Existía  la costumbre  de que las señoras de la clase “decente” esperaran para ir a disfrutar de los baños del río hasta el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de la virgen, en que los padres franciscanos y dominicos se bañaban para bautizar las aguas del río.

Desde diciembre a marzo la costa del río se convertía en playa a la que concurrían todas las clases sociales.

Dice “Mister Love” primer cronista inglés, que durante el primer período revolucionario, las ordenanzas policiales prohibían los baños mixtos, pero las reglas nunca fueron respetadas.
Las mujeres de la elite porteña, se bañaban con vestidos sueltos de muselina que tenían debajo de sus trajes de calle, antes de entrar al agua se despojaban de sus pesados trajes que dejaban al cuidado de esclavas.

Mucha  gente  y familias enteras, se iba al río desde la mañana hasta la noche, los comerciantes lo hacían después de cerrar sus tiendas al anochecer. Muchas familias se sentaban en el pasto y esperaban a la noche para entrar al agua dejando sus pertenencias al cuidado de las sirvientas negras, luego del baño se sentaban a comer fiambres y vino hasta la medianoche, disfrutando del viento fresco del río.

A pesar de los peligros que implicaba salir a esas horas de la noche y la penumbra en que se vivía, el pudor era muy fuerte. Los criterios moralizantes de esa época hicieron que el virrey Cisneros dictara un "Auto de Buen Gobierno", en 1809. Según éste, se prohibía bañarse en los sitios que estaban a la vista del Paseo del Bajo, y sólo se podía hacer de noche, "observando decencia, quietud y buen orden". Todo esto era debido a "el exceso que se comete en los baños públicos, en la ribera del río".


Fuentes:

Actos Patrios.Garat-Calvet.Editorial Hola chicos.




El río El río Reviewed by Marcela Rodríguez on mayo 15, 2020 Rating: 5

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