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El comercio en la época colonial

En la época colonial la gente compraba sus mercaderías en los comercios que estaban alrededor de la plaza mayor como las tiendas, las panaderías y los almacenes.
También compraban alimentos que se producían en el virreinato, y se vendían en el mercado de la plaza, al aire libre.

El mercado, ubicado en la Recoleta, ocupaba un espacio cuadrangular con pequeños locales alineados uno al lado del otro, en donde se establecían los vendedores de frutas, carnes y verduras. Allí, se podía encontrar pescado de buena calidad y a bajos precios, legumbres, batatas, calabazas, perdices y todo tipo de frutas, melones, duraznos, uvas, higos. La carne vacuna era traída desde los mataderos, que se encontraban en las cercanías de la ciudad, diariamente por los carniceros para ser vendida en trozos.



Plaza del Mercado. E. E. Vidal

Algunos productos llegaban en barco desde muy lejos. Por eso eran caros: licores, muebles, abanicos, platos, copas de cristal, cubiertos, armas para la guerra, telas, vestidos, tabaco, azúcar, café, chocolate.

¿Sabías que en el Buenos Aires colonial ya existía el "delivery"?
En la ciudad había fondas, que eran lugares en los que se servía comida ya preparada. Estos negocios también mandaban la comida a las casas.

También a las afueras de la ciudad se encontraban las pulperías de campo donde la gente se acercaba para comprar sus provisiones, jugar a las cartas, a la taba, tomar unos ricos mates o beber aguardiente. Allí también se podía comprar alimentos, ropas, tejidos y productos hechos en la colonia. Era posible conseguir objetos europeos comprados de contrabando a algún barco inglés que se acercaba a la costa.



Isola Albérico. (1844) Pulpería en la Ciudad. Bs. As. Litografía.


Muchas familias de escasos recursos tenían una empresa familiar que les alcanzaba para cubrir sus necesidades básicas, Algunas confeccionaban cigarros, tejidos y comidas típicas que vendían por las calles de la ciudad.

Las panaderías:
En 1810, había más de 40 panaderías en Buenos Aires.Vendían pan y bizcochos en el negocio y también casa por casa. Como muchos panaderos no cumplían con las normas sobre el peso del pan, el Cabildo le puso un número a cada panadería y obligó a marcar con ese número cada pan. Así, cuando, controlaban la calidad de un pan (que estuviera limpio y que pesara lo que debía), sabían qué panadero lo había hecho.



Con qué se pagaban los productos:
A principios de 1800, se pagaba con monedas acuñadas en la Casa de la Moneda de Potosí. Cuando el volumen de monedas resultó insuficiente, se acudió a otros modos de intercambio: uno de ellos era el trueque. Algunos pulperos utilizaban trozos de plomo, madera u hojalata para dar vueltos pequeños.




Los vendedores ambulantes:



Foto tomada en réplica del Cabildo, Ciudad de la Punta, San Luis.

En la colonia desde muy temprano se podían escuchar a los vendedores ambulantes que recorrían la ciudad ofreciendo sus productos: velas, escobas, agua, leche, plumeros, etc. Además de ir y venir por las callecitas de tierra por la mañana temprano se establecían en la Recova de la Plaza Mayor.

El comercio ambulante estaba mayormente a cargo de la población de origen africano, que al ser esclavos eran obligados a trabajar y rendir toda la recaudación a sus amos . En el caso de los libertos, que podían tener tiempo libre después de servirle el almuerzo al amo, podían ejercer alguna actividad callejera, de la cual debían darle la mitad al amo ya que, en calidad de liberto, éste "gastaba" dinero en albergarlo.

Cada vendedor ambulante tenía su pregón anunciando sus productos.



LOS AGUATEROS: vendían a domicilio el agua que tomaban directamente del Río de la Plata. Para transportarla, utilizaban un gran tonel montado en un rudimentario carro tirado por bueyes o caballos. El agua se vendía por "canecas, medidas de madera que contenían unos veinte litros; estos recipientes fueron luego sustituidos por latas.



Foto tomada en réplica del Cabildo, Ciudad de la Punta, San Luis.

El primer aljibe de la ciudad fue construido en la casa de la familia Basavilbaso quienes eran envidiados por sus vecinos ya que ellos tenían agua fresca en cualquier momento del día, muy pocas casas tenían aljibe porque la construcción de este era muy costosa. Tampoco se podía beber el agua de los pozos porque era salobre.

A pesar que el aguatero cargaba las cisternas en las orillas del río, el agua no era cristalina y necesitaba estar en reposo por veinticuatro horas para poder ser bebida. Para purificar más rápido el agua se solía poner un pedazo de carbón en las tinajas.




LOS LECHEROS: generalmente eran niños o jóvenes hijos de los chacareros de los alrededores. Iban a caballo y llevaban la leche en recipientes de barro, de estaño o de hojalata, colocados dentro de bolsas de cuero, que colgaban a uno y otro lado de la cabalgadura.






EL PASTELERO: Eran generalmente negros o mulatos. Llevaban colgada del cuello una bandeja de madera con su mercancía (tortas, pasteles y otras golosinas). Algunos estacionaban en lugares fijos y apoyaban la bandeja sobre un caballete; otros solían ambular por las calles, anunciando su presencia con un toque de silbato.




Foto tomada en réplica del Cabildo, Ciudad de la Punta, San Luis.


EL VENDEDOR DE VELAS: Llevaba sobre el hombro un palo largo o caña, de cuyos extremos colgaban las velas por el pabilo.




LAS MAZAMORRERAS: Vendían la mazamorra en pequeños jarros de lata. Mientras las mazamorreras caminaban, cantando su pregón, le leche se sacudía ¡Parece que esto le daba a la mazamorra un sabor riquísimo!



Foto tomada en réplica del Cabildo, Ciudad de la Punta, San Luis.

También recorrían las calles las lavanderas negras o mulatas que iban hacia la playa llevando la ropa, el jabón y la tabla para refregar en enormes fuentones sobre sus cabezas y en una de sus manos la pava para calentar el agua para el mate.



Foto tomada en réplica del Cabildo,Ciudad de la Punta,San Luis.


Fuentes:

BLOG MI SALA AMARILLA https://salaamarilla2009.blogspot.com/
(*) Patricia Raffellini – Museo del Traje
“Memorias del Buenos Aires virreynal” de Mariquita Sánchez de Thompson(*).
“Buenos Aires” de Manuel Bilbao
Cicerchia, Ricardo. Historia de la vida privada en la Argentina, San Pablo, Troquel, 1999.
http://www.barriada.com.ar/MabelCrego/MabelCrego.htm





















El comercio en la época colonial El comercio en la época colonial Reviewed by Marcela Rodríguez on mayo 14, 2020 Rating: 5

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